Karlovy Vary, el paraíso de las aguas termales (República Checa)
Hoy en día todos hablamos de spas y tratamientos termales anti-stress, son las modas actuales; pero en el corazón de Bohemia, entre frondosos bosques, se esconde el que podríamos llamar “Triángulo de las Bermudas” de las aguas curativas.
Tres bellísimas poblaciones que han atraído a personajes históricos tan importantes como Beethoven, Goethe o Freud. Este triángulo lo componen Karlovy Vary, Mariánské Lázně y Františkovy Lázně.
Karlovy Vary es la más grande de todas ellas, un auténtico viaje al pasado no tan lejano. Sus edificios datan del siglo XIX cuando se convirtió en el centro neurálgico de pensadores, compositores y artistas del mundo alemán, ruso y centroeuropeo.
Lo cierto es que esta ciudad balneario no deja indiferente a nadie. Cuando descubres que hay más de 80 manantiales de agua caliente, te quedas boquiabierto; pero aún más cuando te dicen que el agua emana entre 30⁰ y 73⁰. De todos estos manantiales, sólo 12 se utilizan con finalidades curativas.
¡Adoran las fuentes de agua!
Todas están numeradas y bautizadas, su temperatura medida y enmarcadas por bonitos porches rococó que aquí llaman Kolonáda. La Columnata del Molino, la Columnata del Mercado, la Columnata del Parque… Y la más moderna, la Columnata de la Fuente Central.
Un edificio acristalado y moderno en el que se encuentra la más famosa de todas las fuentes; según la leyenda fue el propio Carlos IV quien la descubrió cuando estaba cazando un ciervo. Esta fuente está considerada la más antigua y caliente de la ciudad, de donde salen unos 3.000.000 de litros diarios a 73⁰C empujados hasta unos 12 metros de altura.
Esta es la imagen típica de Karlovy Vary: sus edificios clásicos y sus columnatas. Pero, para aquellos que aún no habéis visitado esta ciudad balneario, no podéis iros de allí sin probar esta agua curativa (indicada bajo prescripción médica para infinidad de enfermedades).
Cuando paseas por las calles de Karlovy Vary, ves a mucha gente con una especie de taza aplastada con un asa un tanto característica. Esa asa no es más que una variación de las tradicionales pajitas que solemos pedir en los bares para tomarnos un refresco cualquiera; pero en Karlovy Vary, lo han adaptado para poder tomar sus aguas curativas y como manda la tradición se debe hacer sorbito a sorbito.
Estas tazas reciben el nombre de pipas y además de ser una original manera de beber agua de sus manantiales, es un buen recuerdo para llevarte de Karlovy Vary.
Seguro que estaréis pensando que eso de beber agua caliente no va con vosotros. Si os sirve de consuelo, creo que a todos nos gusta el agua fresquita. Pero una vez allí, se deben probar sus aguas y dar nuestra opinión.
Algunas amargas, otras un poco malolientes… pero entre todas ellas, hay una que me sorprendió más que ninguna ya que resulta que es un poco gasificada y para colmo ¡recuerda al agua tónica!
¿Sorprendidos? Pues qué decir que nuestros amigos rusos que viven en Karlovy Vary le dan algún que otro uso que no creo esté muy recomendado por los profesionales del sector médico.
Pero no todo es agua en Karlovy Vary; hay dos cosas más que no podéis dejar escapar. Sus ricas obleas (de vainilla, chocolate y avellana) que podréis encontrar en muchos sitios pero quizá en la Columnata del Mercado puede ser el lugar más idóneo para hacerte con una cajita y matar ese gusanillo.
¡Ojo! Que es como el anuncio del cuando haces pop ya no hay stop! Avisados estáis! Y si sois amantes de sensaciones un poco más fuertes no dejéis de visitar el Museo Becher e intentar descubrir la receta secreta del doctor creador del famoso licor Becherovka.
¿Os animáis a descubrir este bello lugar? Una buena oportunidad para visitar Praga y la región de Bohemia.
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