Estamos seguros de que el sueño de muchos de vosotros, amantes viajeros, es visitar, al menos una vez en la vida, ese espectacular país que es Nueva Zelanda, cerca de Australia.
¿Quién no ha visto alguna (o todas!) de las entregas de la famosa trilogía de El señor de los Anillos, y ha alucinado con sus espectaculares paisajes? ¿Sabías que muchos de sus exteriores fueron rodados allí?
Lo que quizás no sabes, es que una vez regresas de tu viaje a Nueva Zelanda, no sólo te traes contigo imágenes de paisajes de ensueño, desde hermosas playas de arena blanca, a impresionantes acantilados y prados de un verde que quita el hipo… te traes contigo una parte de su cultura, que formará parte de ti para siempre.
La cultura Maorí es de las que Dejan Huella
Se trata de una cultura ancestral con unos valores tan arraigados, que a día de hoy continúan manifestándose en la vida cotidiana de sus habitantes, convirtiéndose en su máximo exponente y en símbolo de orgullo para todos los habitantes de la isla.
EL pueblo Maorí se instaló en Nueva Zelanda procedente de las islas del Pacífico, teniendo que adaptar su modo de vida a la geografía y los recursos que le ofrecía su nuevo territorio. Se organizaban en tribus, donde el respeto y la igualdad entre sus gentes fue y sigue siendo su seña de identidad.
Tatuajes Maoríes
Uno de sus rasgos más destacados, son sus tatuajes. Los indios maoríes se tatuaban el rostro para distinguir a qué tribu pertenecían, y marcaban su piel con las historias de sus batallas. Historias y tatuajes que pasaban, cual herencia, de padres a hijos. Así, usaban el tatuaje, o “Moko” o “Ta Moko” como lo llaman allí, como un elemento necesario para entender sus orígenes.
Esta costumbre y tradición se ha mantenido hasta nuestros días, donde los tatuajes maoríes no solo son elementos decorativos, sino que para el que los lleva, tienen un significado único y les da una fuerza muy especial.
Haka, la Danza de los Guerreros Maoríes
Y es que el pueblo maorí es un pueblo muy espiritual. Su amor y respeto por el territorio que les rodea, y su fe en los elementos de la naturaleza, ha hecho de esta cultura una de las más fuertes de la historia.
De hecho en su momento, supieron ganarse el respeto de los antiguos colonos ingleses, que no sólo no lograron imponer su cultura, sino que aceptaron la cultura maorí y permitieron la convivencia de ambas en la isla (hoy en día los idiomas oficiales de Nueva Zelanda son tanto el inglés como el maorí)
Esta fuerza de la que os hablo seguro que la habéis visto alguna vez en alguna de sus hakas, antigua danza de los guerreros maoríes que se ha mantenido hasta nuestros días, donde podemos verla fácilmente antes de cada uno de sus partidos de rugby. Es una muestra de respeto hacia el rival, a la vez que una manera de demostrar la fuerza y el poder del guerrero maorí.
Claro que en la actualidad, cambiando el campo de batalla por el campo de juego 😉
En resumen, nos encontramos ante una cultura que ha sabido mantener sus raíces y tradiciones a lo largo de los siglos: fuerte, arraigada, muy respetuosa con el hombre y con la tierra, y por encima de todo, muy hospitalaria. La foto de la cabecera fue realizada por © Shane A. Cuomo durante la ceremonia de bienvenida de unos guerreros maoríes.
El súmmum de tu viaje será recibir el saludo tradicional maorí, el hongi, en el que se unen la frente y la nariz con la otra persona, para intercambiar el “ha” o aliento vital.
Es en ese momento cuando pasarás de ser de un simple visitante, a un hombre “de la tierra”, con la responsabilidad de proteger desde ese mismo instante y para siempre al pueblo maorí.
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