Visitar el Mont Saint Michel
Si vas de viaje por Normandía, no te puedes olvidar de visitar el Mont Saint Michel. Uno de los iconos más famosos de Francia, con el permiso de la Torre Eiffel.
Este lugar lleno de historia y de magia es uno de los más visitados tanto por franceses como por turistas. Y no es de extrañar, esta pequeña isla rocosa ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Situado en la costa Atlántica francesa, el Mont Saint Michel, que podría parecer un castillo digno de un cuento Disney, es un islote coronado por una antigua abadía, situado en la desembocadura del río Couesnon. Tanto con marea baja como con marea alta es posible llegar hasta la isla por vía terrestre, gracias a la carretera que lleva a los pies de la roca.
Este lugar de culto se ha convertido en la actualidad en un destino visitado por millones de personas anualmente, pero a pesar de haberse convertido en un recurso turístico, sigue manteniendo parte de su autenticidad y no debes perderte el Mont Saint Michel durante tu viaje por Normandía y la Bretaña Francesa.
Pero vayamos por partes, descubramos poquito a poco el Mont Saint Michel...
Un poco de historia
Antes de visitar Mont Saint Michel debes saber un poco de su pasado. Aunque los primeros datos históricos lo sitúan como lugar de culto de las tribus celtas, fue con la llegada del cristianismo cuando tuvo su máximo esplendor.
A finales del s. X se confió el peñón a la orden benedictina, quien se estableció en el peñón y empezó a construir sobre toda la superficie.
A causa de la situación estratégica del islote, muchos fueron los que, a lo largo de la historia, se disputaron su posesión. Bretones, normandos e ingleses libraron varias batallas con sus consecuentes destrucciones, por eso en el siglo XIII se fortificó el lugar.
Con sus momentos más oscuros y otros más resplandecientes, el Mont Saint Michel llegó a un punto de inflexión importante con la Revolución francesa, cuando los últimos benedictinos desocuparon la abadía y se dio otro uso al Monte, el de cárcel para sacerdotes que estaban en contra de la nueva constitución civil del clero.
No fue hasta 1863 cuando la abadía fue cerrada también como cárcel y fue años más tarde (a mediados del siglo XX) cuando se le empezó a dar un uso más turístico.
Cabe destacar también que desde 1979 el Monte St Michel está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
¿Cómo llegar al Mont Saint Michele?
Se puede llegar tanto en coche como en transporte público. La ruta en coche es de unas 4h desde París.
Hay varios autobuses que te llevan desde ciudades cercanas como Rennes, Granville, Pontorson o Caen. También podréis ir con Ouibus o Flixbus desde París.
También se puede llegar en tren desde París en un trayecto de 2:40h. Más información en la web de la Oficina de Turismo de Normandía.
Visitar Mont Saint Michel
Recorrer el Monte Saint Michel es muy sencillo y no te llevará más de medio día, por eso es ideal incluirlo durante tu viaje por Normandía y la Bretaña Francesa. Una vez traspasada la puerta de entrada sólo tienes que pasear y dejarte llevar por sus callejones.
Hoy en día es un destino muy turístico, por lo que encontrarás muchos comercios, locales de restauración y algo de ocio.
Lo interesante del lugar es ir subiendo por sus callejuelas y admirando las vistas, tanto de las casitas como de la bahía, hasta llegar arriba del todo donde se sitúa la Abadía.
Entrar en la Abadía de Mont Saint Michel es obligado. El acceso es de pago, pero merece mucho la pena. Una vez en el interior podrás recorrer sus enormes salas, tan grandes que te dejarán sin palabras.
¡Parece mentira como fue posible construir una obra de esta envergadura en un lugar como este islote!
Su claustro es digno de admirar y desde su terraza podrás volver a disfrutar de las bonitas vistas de la desembocadura del río.
Algunos consejos prácticos
1. Debido al gran número de turistas que llegan diariamente para visitar Mont Saint Michel, se ha habilitado un parking exterior (de pago) dónde hay que dejar el coche. Hay una pasarela que comunica directamente con el peñón por la que puedes ir andando o a bordo de los autobuses gratuitos que conectan los dos puntos. Nuestro consejo: llega andando para disfrutar del paisaje y vuelve (cuando estés ya cansado) con el autobús hasta el aparcamiento.
2. Como te hemos dicho, cada día el Monte se llena de turistas que llegan de todas partes para visitar este icónico lugar. Por eso te recomendamos que lo visites a primera hora de la mañana, cuando encontrarás menos gente ¡a partir de medio día se pone a tope!
3. Aunque si no te molesta mucho la gente, el momento más bonito para visitar Mont Saint Michel es cuando sube o baja la marea, es casi mágico. Para saber los horarios de la marea lo mejor es consultar con antelación la web de Mont Saint Michel y programar la visita. La puesta de sol es también un bonito momento para visitarlo.
4. Hay diferentes bares y restaurantes donde puedes desayunar, comer o cenar. Algunos de estos restaurantes tienen unas vistas increíbles sobre toda la bahía. Y sino cómete al menos un crep (típico dulce francés) en alguno de sus puestos!